En los últimos años, han venido apareciendo una serie de productos, totalmente nuevos para muchos inversores particulares, en el mundo de las finanzas. El que más fuerte ha pegado ha sido sin lugar a dudas el del Mercado de Divisas, también conocido como Forex (abreviatura del término inglés Foreign Exchange).
Así como en el mercado accionarial de un determinado índice se especula si esa acción subirá o bajará en un futuro más o menos a largo plazo, en el mercado Forex se especula si una determinada moneda se revaluará o devaluará con respecto a otra moneda. En el Forex siempre intervienen un cruce o par de divisas, en donde compras una y vendes la otra. En el par Euro-Dólar, si crees que el mercado te da señales de fortaleza del Euro, lo que haces es comprar Euros. En cambio, si lo que observas es señales de debilidad, lo que realmente estás haciendo es comprar Dólares… Esa es la particularidad que tiene el Forex. Que siempre entras comprado, ya sea en la moneda principal o en la secundaria.
El volumen de divisas que se negocia internacionalmente, con un promedio cercano a 4 billones de Dólares al día, viene a ser el equivalente a lo que puede operar Wall Street en un mes en el mercado bursátil. Es este, sin lugar a dudas, el negocio que más dinero mueve diariamente en el mundo. Ese volumen y la extremada liquidez que ofrece a los participantes es la razón por la cual cada día son más lo que deciden adentrarse en este mercado en particular.
Y para satisfacer esta nueva necesidad del inversor han venido apareciendo empresas especializadas en ofrecerle diferentes tipos de servicios: Los «brokers» o intermediarios financieros, que ofrecen la posibilidad de abrirte una cuenta en una divisa determinada y operar en tiempo real y desde tu propio ordenador, por medio de una plataforma que ellos mismos te proporcionan. Estas empresas, intermediarios entre los grandes operadores (bancos y fondos) y el inversor particular, son el único medio que este último tiene para incurrir en este tipo de mercados, porque el volúmen exigido para operar en él es demasiado elevado.
Dada la cantidad de volumen que estos intermediarios pueden llegar a negociar a diario de entre todos los pequeños particulares, y su importancia en el sistema financiero actual, todas estas empresas están sujetas a controles y auditorías periódicas. Y deben cumplir todos los requisitos pertinentes como pudiera ser cualquier otra entidad bancaria, además de recibir la aprobación por parte de los principales organismos de supervisión y regulación del mercado. En España, por ejemplo, este organismo es la CNMV (Comisión Nacional del Mercado de Valores); en Estados Unidos, la NFA (National Futures Association) o la CFCT ( Commodity Futures Trading Commission), en el Reino Unido la FSA (Financial Services Authority), etc…
Siempre es recomendable que antes de decidirnos por ningún bróker en particular, investiguemos su solidez y trayectoria, así como también deberíamos tener en cuenta el marco legal por el que se rige.