Una de las primeras reglas que el Trader aprende a base de error y de pérdida de capital es la de no precipitarse ante la primera señal que el Mercado pueda dejarnos para ingresar al mismo. La Rotura de una Línea de Tendencia o la confirmación de una Figura Chartista, no serán verdaderamente tenidos en cuenta si, por ejemplo, no hay un considerado volumen en ese último movimiento.
Pero lo que es todavía más importante:
NADA ES LO QUE PARECE HASTA QUE NO CIERRA LA VELA.
Nunca debemos adelantarnos al cierre de la vela que nos pueda estar dando ninguna señal.
Lo que en un principio pueda parecer una gran vela de decisión que rompe una Línea de Aceleración y el último Valle en una Tendencia Alcista puede convertirse en un Doji de indecisión o incluso en un patrón de reversa que ha rebotado en esa Línea para continuar con el Rally Alcista. Y esto puede producirse en cuestión de sólo unos segundos. Adelantarte un instante al desenlace de la situación puede ser la diferencia entre una Operación Ganadora o un escandaloso Desastre.
Del mismo modo, merece la pena apoyarse, por ejemplo, en señales de Indicadores como el RSI (que suele adelantar roturas de Líneas y Figuras) o el MACD (cuyas Divergencias advierten debilidad de las Tendencias y avecinan posibles finalizaciones de las mismas), o en sincronizaciones de diferentes Temporalidades. Esto es lo que se denomina Convergencia de Señales. Y cuantas más señales a nuestro favor podamos tener, mayor probabilidad habrá de que nuestra elección sea la mejor entre las tres posibles opciones: ponerse largo, ponerse corto, o estarse quieto…