Si nos detuviéramos a examinar en detalle a los grandes Traders de Tendencias, nos daríamos cuenta de que comparten una serie de cualidades que los hacen especiales, y que son las que han propiciado su verdadero éxito.
Hace algunas semanas, releyendo y repasando la historia acerca de «Las Tortugas», un experimento para Traders que no debería dejar indiferente a ninguno de todos los que luchamos por hacernos un hueco en estos mercados, vine a encontrarme con uno de los más claros ejemplos de cómo se deben hacer las cosas en el Análisis Técnico. Para aquellos que no conozcan la historia de las tortugas, os invitamos a leer este artículo que dedicamos a aquel proyecto ideado por Richard Dennis y Bill Eckhardt, así como las características de su estrategia.
Decía uno de mis mentores que el hecho de especular debe convertirse en algo monótono, aburrido y totalmente mecánico. Y efectivamente debería ser así. No dejar una sola variable a la casualidad, a dobles inrtepretaciones ni a momentos de euforia o miedo.
Las mejores estrategias de Trading son estrategias mecánicas, objetivas y precisas.
Es cierto que una buena estrategia debe cumplir otros requisitos indispensables como puede ser una correcta gestión monetaria o, en lo referente a la personalidad del operador, un control total de las emociones. Pero el hecho de ser capaces de precisar al detalle los parámetros y características de una estrategia, resulta vital.
Dicho de otra manera, debería bastar una «hoja de ruta» o plan de Trading con unos pasos a seguir para poder aplicarla correctamente.
En definitiva, una buena estrategia que permite tanta precisión es la que acaba teniendo mayor probabilidad de éxito.
Esta no es tarea sencilla. Muchas estrategias y sistemas de Trading son un tanto subjetivas en mayor o menor grado: la interpretación de ciertos movimientos, la determinación de ciertos niveles de soportes y resistencias, la formación de patrones de velas, etc, acaban permitiendo al operador diferentes variantes e interpretaciones.
Como venimos diciendo, no todo es una hoja de ruta. De hecho, a nuestro modo de ver son más importantes la correcta gestión del riesgo y la gestión emocional. Pero si somos capaces de elaborar un plan escrito con sus reglas, las exigencias para las entradas, los condicionantes exactos totalmente objetivos, las posibles cancelaciones y motivos, la exposición al riesgo, los puntos de salida, los stops, las tomas parciales de beneficios y todos los parámetros que deberían definir la estrategia, si los datos estadísticos son positivos, los condicionantes externos nos serán más favorables. Y en ese caso, el único motivo de que no alcancemos el éxito como Traders dependerá de nosotros mismos y de nuestra subjetividad al tomar las decisiones.
Es por eso que un buen sistema o estrategia no debería tener ningún plan B, sino ser todo parte de una serie de parámetros que constituyen el mismo y único Plan A que debemos seguir sin salirnos del itinerario trazado.
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Todo comenzó con una discusión que tuvo lugar allá por 1983 entre Richard Dennis y su amigo Bill Eckhardt. Para quienes no lo sepan, Eckhardt es fundador de un fondo de inversión que maneja miles de millones de dólares anuales y Dennis, un atrevido joven que en 1970 pidiera un préstamo de 1600 dólares para invertir y que convertiría, 10 años después, en 200 millones. Hoy está considerado uno de los inversionistas particulares que más dinero han movido de todos los tiempos.
Aquella fue una discusión acerca de si los grandes especuladores nacen con unas aptitudes y unos factores determinantes o si, por el contrario, podían ser formados para serlo.
Dennis estaba convencido de que él podía enseñar a personas normales a ser Traders de éxito, y por ello animó a Eckhardt para hacer un experimento entrenando a un número de personas y entregándoles una cuenta de varios millones de dólares para poder operar.
Entre los 1000 aspirantes que se presentaron a su oferta, finalmente fueron 13 los seleccionados, y después de 2 semanas de entrenamiento, se les entregó el capital y las cuentas reales para poder operar.
Aquellos 13 afortunados fueron conocidos como “las tortugas”, por el hecho de que Dennis acababa de llegar de un viaje por Asia y se le ocurrió explicar su programa diciendo que “iban a cultivar Traders como se cultivan tortugas en Singapur”. Desde ese mismo instante, el experimento se ha conocido como la “Estrategia de las Tortugas”.
En los siguientes 4 años, aquellas tortugas obtuvieron un beneficio promedio anual del 80%. Y el proyecto se volvió el más famoso de la historia de la especulación. Y efectivamente, Richard Dennis demostró que se podía convertir a personas sin experiencia en especuladores de éxito, con solo un sencillo conjunto de reglas a seguir.
Para hacernos una idea, el sistema es tan sencillo como un sistema de rotura del Canal de Donchian en gráficos diarios, que es un canal formado por una media móvil de máximos y otra media móvil de mínimos de los útimos 20 períodos. La rotura de la línea superior daría señal de compra, y la rotura de la línea inferior daría señal de venta, en el mismo momento de la rotura, sin esperar al cierre de la vela.
Usaban stops basados en el parámetro N o de volatilidad para evitar grandes pérdidas, así como también se basaban en N para incrementar posiciones y número de contratos escalonadamente, una vez estaban dentro del mercado.
La fórmula para calcular las posiciones era la siguiente:
C =( X% del capital) / V * valor pip)
Donde:
C = el valor del Contrato;
X = porcentaje de capital de la cuenta que estamos dispuestos a arriesgar por cada operación;
V = volatilidad del mercado. Se tomaba como referencia el valor del ADR de 20 periodos;
Valor del pip = la cantidad de dólares que vale cada punto en un determinado activo.
La gestión del riesgo era vital. No solo se ponía especial cuidado en el número de unidades que se operaban, sino en la relación directa con el grado de compromiso en el mercado en determinados momentos.
Así:
Cuando solo se operaba en un mercado, permitía un máximo de 4 Unidades de contratos;
Cuando se operaban varios mercados muy correlacionados, permitía un máximo de 6 Unidades;
Cuando se operaban mercados poco correlacionados, permitía un máximo de 10 Unidades;
En cualquiera de las situaciones, el número máximo de Unidades acumuladas en una misma dirección (compradas o vendidas) sería de 12.
El capital de las cuentas con el que contaban los traders era revisado anualmente. Si hubiera resultado en pérdidas, por cada 10% de pérdidas anuales deberían operar durante todo el año siguiente en relación a un 20% menos del capital inicial. Y así, todos los años que resultaran en pérdidas.
Richard Dennis dijo: «El secreto de nuestras reglas de especulación es la consistencia y la disciplina. Casi todo el mundo puede hacer una lista de reglas que sean un 80% tan buenas como las que enseñamos a las tortugas. Lo que la gente no suele hacer es tener la suficiente confianza para ceñirse a las reglas incluso cuando las cosas se ponen feas».
La estrategia de las tortugas resultó enormemente efectiva. Pero eso no significa que fuera una estrategia compleja o difícil de interpretar. El principal problema era psicológico. El sistema era abrumantemente bueno como seguidor de tendencias, pero podían pasar periodos relativamente largos de pérdidas constantes en mercados laterales, que suelen ser habituales durante el 70-80% del tiempo. Además, los operadores tenían que soportar ver cómo unas operaciones que les habían alcanzado a dar hasta el 100% en beneficios se daban la vuelta y acababan con un 20% ganado o incluso rozando pérdidas. El secreto estaba en la constancia y en no dejar nunca de operar, y siempre siguiendo al pie de la letra su sistema. Los resultados esperados solían llegar siempre de un número pequeño de operaciones, con ganancias hasta del 200%. Por eso había que operar absolutamente todas aquellas señales.
A grandes rasgos, la estrategia de las tortugas no era más que un estrategia basada en los canales de Donchian con una gestión monetaria potente de entradas escalonadas y constantes y salidas precisas., con un plan específico y sin espacio para segundas interpretaciones ni subjetividades. Con estas particularidades, puedes hacer de casi cualquier estrategia una gran estrategia si consigues llegar a aplicar todos esos conceptos.
En cualquier caso, si te interesa la historia del proyecto de Richard Dennis y deseas profundizar un poco más en ella, este artículo ha sido elaborado a partir de una serie de artículos y del documento PDF que recopila esa serie, que puedes descargar gratuitamente gentileza de sus autores y traductores, la gente de www.onda4.com , «La Historia de las Tortugas« ; y si todavía te has quedado con ganas de más, esperemos que con el siguiente libro tengas suficiente para metwerte de lleno en su investigación. Se trata del libro de una de las “tortugas” originales, Curtis M. Faith, donde explica al detalle la historia, las anécdotas o las razones del éxito de aquel experimento.
LA ESTRATEGIA DE LAS TORTUGAS (Por Curtis M. Faith)